lunes, 30 de marzo de 2009

Barba o rasurado esa es la cuestión.


-Hijo, ¿cuando tienes la orla?
-El martes creo
...
-¿Y no te vas a afeitar un poco?
-No empieces, así estoy bien.
-Con lo guapo que estás cuando te afeitas, ¿porque no lo haces solo por esta vez?
-Ya estamos, que a mi me gusta la barba, además si he estado todo el año con barba ¿porque me tengo que afeitar para la orla?, sería mentir a las generaciones futuras.
-Que triste me pones, en fin haz lo que te dé la gana, total...

Esta conversación se ha repetido en mi casa como 4 veces en la ultima semana, mi madre, agil y sigilosa como un depredador, esperaba a que estuviera con la defensa bajada para atacarme allá donde estuviera, sofá, habitación, baño... Por suerte yo sabía que esto es tan solo era una carrera de fondo y que al final me saldría con la mía.
Lo que no parece entender mi querida madre es que la barba es atemporal, nunca pasa de moda porque nunca a estado de moda, de igual forma nunca a caido en el olvido, fé de ello dá el sin fin de personajes ilustres que decidieron cubrir su rostro de un tapiz de vello. Aquí tenemos algunos ejemplos:










4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Personajes ilustres? Alguno si, otros no...

Gonzalo dijo...

A mi Parada me parece una de las figuras más influyentes del pasado siglo, dentro de unos años nuestros hijos estudiarán la gran labor que hizo al país, sujetando a Carmen Sevilla cuando a esta la flaqueaban las piernas por la vejez.¡¡ heroe!!

Anónimo dijo...

Ahh, la barba... disfruta tú que puedes, yo en cambio a lo único que puedo optar es a una casi perilla y a unos pelos incipientes en la mofletera...
Aún así no me afeitaré en un tiempo, no me gusta la moñez esa de estar bien afeitado hasta que te empieza a salir decentemente, es como si una mujer se deja largo el vello durante el invierno para luego en verano depilarse entera...
¿Cómo? ¿Que lo hacen? Serán hijas de... ¡ZAS!!scraschenpen!


...

Pe... perdonen las molestias, carlangas se ha ido a gritar a la cámara de la ira.
Ah, parece que ya vuelve:

... y eso es básicamente lo que opino de los defenestres estéticos y esclavistas de las mujeres.
¿Por dónde iba? ¡Ah! La orla...

No sé si sabrás esta historia - tampoco es que te interese, pero tengo muy subido el ego después de éste monólogo cómico de ficción en el que hacía ver que había dos personajes y tal y cual... - el caso, no sé si conocerás la historia, pero yo el año pasado para la orla me vestí de hombre del siglo XIX: con chaleco, camisa, pantalones de traje, una pipa de fumar, una cadena en la solapa, bigotes pintados, un bastón y un incómodo bombín alto.

Mi escusa fue siempre la misma: Me dijeron que viniera arreglado, pero no especificaron el siglo.

En fin, en mi insti está la prueba del delito...

Gonzalo dijo...

Si ejjejej me lo contaste, te juro que fué algo digno de admirar.A mi no s eme habría ocurrido jamás.