lunes, 26 de abril de 2010

Por el Tajo se va al mundo.


Los ríos tienen algo especial. Contemplas un agua que aunque fresca y en continuo movimiento, lleva realizando ese mismo recorrido miles de años. Siempre que veo un río pienso en la de cuerpos que ha podido lamer con sus aguas, en los viajes que se han podido realizar por él, en los secretos que esconde en su lecho...
Todo esto viene a cuento porque ultimamente me ha vuelto a picar el gusanillo aventurero. Llevo un tiempo dandole vueltas a la idea de quitarle la roña a la piragua del jardín y descender el Tajo a lomos de ella.
La idea es apasionante, consistiría en salir de Toledo, atravesar el corazón de extremadura...y descender hasta llegar a Lisboa. Allí vender la piragua por lo que quieran darnos por ella y estar un par de días conociendo la ciudad para después volvernos a casa. Estuve buscando información y se puede hacer. Unos madrileños lo hicieron hace ya varios años y escribieron un libro contándolo "Por el tajo se va al mundo".
Sería fabuloso estar un par de semanas sin otra preocupación que seguir la aguas hasta su llegada a Lisboa. Tomar notas en mi cuaderno de la flora y la fauna con la que nos cruzásemos y llevar todo lo necesario para vivir metido en la piragua. Preparar la comida a la sombra de un peral, o dormir con el murmullo del agua.

2 comentarios:

Val dijo...

La inmensadidad de la Naturaleza se asemeja a nuestra complejidad psicológica, ¿verdad?


Hace un tiempo leímos en la ECH ''El corazón de las tinieblas'', de Conrad.
Te lo aconsejo.

Val dijo...

Ya verás cuando su Realidad ''empiece a fragmentarse'' xDDDDD