martes, 21 de abril de 2009

Piii piii piii



El teléfono sonó 5 pulsaciones hasta que descolgaron, oí la respiración de Fran al otro lado.
-Hola, soy yo.
-Mira no sé en qué puto problema te habrás metido, son las dos de la mañana, hoy no has ido al trabajo, me llamó María y me dijo que no habías ido ni a recoger a los críos ni a dormir a casa, ¿donde estás?
-No te vas a creer donde estoy.
-Donde.
- Estaba volviendo a casa después del trabajo, paré en un semáforo y en el paso de cebra vi a una pareja de niñatos besarse, estuve mirándoles tan solo unos segundos pero eso…
-¿A dónde vas a parar tronco?
-Escúchame, la imagen de aquellos dos tipos se me quedó en la cabeza y no me la podía apartar, me estaba alterando muchísimo y paré a un lado de la carretera. Notaba como la sangre palpitaba muy veloz contra mis tímpanos y estaba sudando muchísimo. Sentía odio, mucho odio, también envidia y un poco de nostalgia. Me puse a pensar Fran, desde que he sido un chaval siempre me han estado pisando, siempre a habido otros payasos que se han llevado los logros que perseguía o se han follado las chicas que me gustaban.
-Pero que tonterías estás diciendo ¿donde estás?
-Me di cuenta que ha habido parcelas que se me han denegado en esta vida, esos chavales… esos dos tortolitos me habían hecho ver que había un trozo de la vida que yo nunca iba a poder saborear. Me puse a pensar en la novia que nunca tuve en la adolescencia, en que por más que me esforzaba y lo intentaba una y otra vez siempre era rechazado sistemáticamente, siempre se acababan yendo con el mismo tipo de payaso, nunca llegué a saber lo que era esperar a una chica en la puerta del instituto, o entregarme a unos dedos inexpertos, nunca podré describir que se siente al perder la virginidad a esa edad, Fran siempre he sido un segundo plato, y en eso la vida no a sido nada justa, así que decidí volver a Tielmes, nuestro pueblo Fran.
-No me jodas…
-Ya te puedes imaginar, me fui al bar, me puse lo suficientemente borracho y fui dando tumbos hasta la casa de…
-Martín…
-Agarré unos cantos y le apedree todas las ventanas de la fachada. Cuando salió dando voces nos enzarzamos en tal pelea que le dejé la cara echa un Cristo.Le estaba dando su merecido a ese niño pijo, cuando apareció la guardia civil a tocar los cojones. Ya sabes donde estoy ahora, me quedan treinta segundos de llamada, si puedes pasarte a por mí, te estaría muy agradecido.
-Siempre has sido un loco de los cojones, estoy allí en tres cuartos de hora.

5 comentarios:

Grandiss dijo...

Esta chulo, me imaginaba en parte por donde iba, aunque me lo imaginaba mucho mas cruento, creo que tengo que dejar de leer novela negra...

Por cierto, es un tema recursivo ya, no? Autoretrato?

Gonzalo dijo...

Hijo puta.

Grandiss dijo...

No iba en absoluto en modo despectivo, de verdad. Lo unico, es que si que se nota un poco como reflejas tu frustracion. De verdad,si te ha sentado mal lo siento ;-)

Gonzalo dijo...

Que no te lo digo de verdad joder, claro que el texto e un modo de expresar ideas más atractivo que un ensayo sobre el "amor y la competitividad sexual intrageneracional" ;).

el poeta borracho dijo...

es muy weno gon!
me mola mucho la relacion que tienen entre ellos por que me recuerda a nosotros dos.
pero weno, me mola mucho el lenguaje que as usado.
besitos!