porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.
Sobre la pena duermo solo y uno,
pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.
...
No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!

El rayo que no cesa ( 1934-1935)
Ya va siendo hora de retomar el blog, que lleva demasiado tiempo abandonado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario