
...
si cansado de buscarte
he quedado sin aliento.
Mis músculos no responden
y cada vez voy más lento.
Parado en una esquina
sobre mí: el firmamento.
Él me invita a descansar,
cierro los ojos y espero.
Aún resuenan en mí
grabadas en mi cerebro,
las cosas que me dijiste
con tu acento extremeño.
Que mientras yo decía cerca
tú, me decías lejos.
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