domingo, 25 de octubre de 2009
Diario de viaje. Anexo.
El albergue de Bratislava.
El albergue es una de las cosas que más me han gustado de la ciudad. Tiene un aire muy soviet, y se respira muy buen ambiente. En la planta baja, al lado de recepción, hay un bar-restaurante que sirve muy buenas comidas a unos precios suculentos. La sala de estar, está presidida por un busto de color dorado con la efigie de Lenin, que observa atento la sucesión de viajeros de todo el mundo por sus sillones.
Allí mismo, en la sala de estar, es donde se desayuna, tú mismo te sirves de lo que quede en la cocina, pero si tienes más hambre puedes abrir la nevera y servirte de todo aquello que no tenga un nombre o una fecha escritos. También hay una lavadora para que haga la colada quien desee. En los baños, la gente acostumbra a dejar durante su estancia su jabón y su champú en los estantes, lo cual provoca que a la hora de ducharte te encuentres con un ambiente muy hogareño.
Hay una recepcionista en el albergue, que como no podía ser de otra forma cuando hablamos de mujeres eslovacas, es preciosa. La chica, resulta que es novia de Marcos, el otro recepcionista que casualmente es español. ¿Como habrá llegado un español a vivir en Eslovaquia y acabar con una chica así? El tema es muy recurrente y da que pensar. Alfon dice que el tío vino de interrail, la conoció y más tarde se volvió a estar con ella. Sea como fuere, esta ciudad me está encantando.Tiene un poema escrito entre sus adoquines, que aún húmedos por el rocío, te invitan a leerlo a la vez que te sumerges en el fluir y el latir de una ciudad, que aún de noche, se muestra atractiva a los ojos del que no tiene prisa por dormir.
viernes, 23 de octubre de 2009
Diario de viaje.
Dia 23 de agosto de 2009.
Como acto especial, nos hemos levantado "pronto" para ver un mercadillo callejero que luego resultó no estar por ser domingo,(con lo que me gusta a mí el Rastro).Después del mercadillo inexistente nos fuimos a ver el Castillo de Bratislava, el cual estaba de reformas y no era especialmente bonito, aunque ofrecía una vista espectacular de la ciudad. Donde finalmente comprendes porqué la llaman "la ciudad de las torres".
Como ya era un poco tarde, nos fuimos a comer al albergue. Comí una sopa, un plato de queso a la plancha con ensalada, acompañado de unas patatas con mantequilla y una cerveza. Todo por 7,50 euros, no está mal.
Más tarde fuimos a ver algo que resultó ser un depósito de agua abandonado, muy aburrido. Pero pegado al depósito había un enorme edificio que a todas vistas parecía también abandonado. Entramos por un barrote que faltaba en la verja y nos metimos en el gigantesco edificio sin tener mucha idea de si había mendigos viviendo dentro, yonkis o cualquier otra cosa.
Una vez en el interior nos encontramos a un graffitero que nos contó que el sitio en su día fue un hospital. El sitio era espectacular, el edificio antiguo tenía instalaciones modernas, contantemente había habitaciones desnudas, y en sus paredes, algunos restos de su antigua actividad. Fe de ello daban un par de puertas acolchadas, una habitación insonorizada, y un cartel en una puerta, indicando el grosor de una placa de Plomo (¿radioterapia?). Según fuimos subiendo descubrimos un salón de actos y una azotea preciosa, un sitio perfecto para estar con una chica. El tejado, con sus tejas ovaladas recordaba el vientre de un reptil y entre su estructura interna, compuesta exclusivamente de grandes vigas de madera, vimos escondida una bolsa de deporte.
Inmediatamente nuestra atención se centró en la bolsa, estaba llena de algo, al palparla por fuera parecían haber una caja y unos libros aunque tan solo era una suposición. Estábamos tan asustados y la mochila estaba tan escondida, que nos faltó valor para abrirla y ver lo que contenía. Nos fuimos de allí. Por el camino cogimos unas placas escritas en eslovaco para pegarlas en nuestras respectivas habitaciones.
Después cenamos en el Pizza Mizza, una pizza enorme por 3,50, debido a que era domingo y había descuento. Más tarde fuimos de fiesta a un local llamado Sparx, pero coincidencias del destino, estaba de reformas así que nos fuimos a un sitio muy del rollo chilín chill out. No tardamos en irnos. Volvimos al albergue y estuve en la sala de estar hablando con Alfonso, hasta altas horas de la madrugada, sobre tener pareja y ese tipo de moñeces.
domingo, 18 de octubre de 2009
Diario de viaje.
Dia 22 de agosto de 2009.
Hoy he leido con Alfonso el blog de " Ni libre ni ocupado" desde el ordenador del albergue. Lo hicimos para ver como había salido su historia con la camarera, a la cual se acaba follando. Después comimos en el mismo albergue y discutimos sobre Física. Por la tarde mientras estos se echaban la siesta me fuí a dar una vuelta por la ciudad con la bici y estuve un rato escribiendo en un parque. Cuando se despertaron nos fuimos a ver el puente de la era comunista que cruza el Danubio, este puente, fué un simbolo del comunismo en estas tierras. Como curiosidad os diré que durante el gobierno comunista, se tenía prohibido al pueblo subir a lo alto del puente, pues desde allí arriba se podían ver tierras Austriacas y era una ventana a un mundo del cual se pretendía huir.
Por la noche nos fuimos al Pizza Mizza a comer pizzas enormes por 4 duros y nos dispusimos a irnos de fiesta.
Esa noche fué una de las noches más locas que he vivido jamás. La discoteca, llamada Sub Club, era un antiguo bunker nuclear de la época comunista. Se entraba por un largo túnel que daba a parar a una pista de baile grande y nutrida de mujeres. Aquella noche era de temática Indie, y el ambiente era inigualable. Los minis de "cerveza" costaban 1,10 euros, pero por 1,50 podías pedirte cervezas de medio litro de una calidad mucho mayor. Como he dicho fué na noche loca, bebimos cerveza hasta morir y entramos a todas las chicas que pudimos.(Espacio reservado para la mención de honor al héroe: Alfon).
Alfonso y yó nos subimos a bailar al escenario del DJ junto a un montón de gente, aunque después apareció un segurata para hacernos bajar. Las cosas sucedían sin parar, al rato, una vez abajo, le dí de beber de mi cerveza recién abierta a una de las chicas que estaban subidas, bebió, y la muy puta echó por encima el resto del medio litro a la gente del escenario. En un momento de la noche descubrimos que dos chicas que al princio de la noche eran un objetivo plausible, estaban dándose el lote entre ellas. Tras semejante ultraje a nuestra autoestima bebimos más. La chica que más me gustaba de toda la noche fue... bueno no lo recuerdo muy bien, pero había un par de pelirrojas muy guapas. En total, la ingesta de cerveza en toda la noche no bajó ni de coña de los 5 litros.
Foto: Realizada desde el Castillo de Bratislava, el día después. Al fondo se vé el puente antiguo, o puente comunista.
viernes, 2 de octubre de 2009
Diario de viaje.
Dia 21 de agosto de 2009, o día de la mierda.
Este día fué bastante desolador. La etapa de 60km hasta Bratislava, que en un principio de planteaba fácil y amena, con un visita al Castillo de Devín, se convirtió en un gran problema.
Tras una dura salida de la ciudad descubrimos que nos hemos equivocado y que estamos en un pequeño cabo que separaba un canal del río.
Allí Gastón se quejó de nuevo por su rodilla, dijo que no podía completar la etapa y volvimos a Viena, al estadio donde el año pasado ganamos la Eurocopa. Allí preparamos la comida y esperamos a ver que hacía Gastón. Osorio manifestó que el se volvería con Gastón en caso de que él tuviera que esperar mucho el tren o cosas del estilo.
Eso supuso mucho estrés, nosotros ya no podíamos completar la etapa y tuvimos que cojer un barco. No sin antes ir a la estación de tren a ver si Gastón definitivamente cojía un tren o se venía con nosotros. Afortunadamente se vino con nosotros a Bratislava.
Cuando estábamos en el islote, conocimos a George. Un hombre de unos 50 años, de origen serbio que a los 12 amigró hacia Austria. Vivía en una pequeña casita con un pequeño jardín y un pequeño marco con las fotos de sus dos hijas.
Nos invitó a una cerveza frequita y nos regaló una botella de vino blanco. Mientras degustábamos la cerveza contó que el había trabajado de cocinero en un crucero para gente con pasta. Me pareció que era una idea estupenda, y barata para conocer mundo.
Luego en Bratislava salimos un poco por la noche y vímos muchísimas mujeres, todas guapísimas.Aunque no llegaban a la altura de la chica de Melk.
Foto: Cruce caótico en la ciudad de Bratislava. Bien cerca de nuestro albergue. A unos metros a la izquierda vimos a un tio que estuvo a esto || de morir atropellado por un bus.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)